Luna ha tenido la inmensa suerte de ser adoptada por Mario. Los dos forman un pareja humano-gato perfecta.
Están genial juntos. Se han compenetrado de maravilla, y se llevan estupendamente.
Ahora tienen toda la vida por delante para compartir todo tipo de experiencias. Juegos, mimos y ronroneos no van a faltar en esa casa.
¡Muchas gracias, Mario, por dar una nueva vida a Luna! ¡Os deseamos la mayor felicidad!